Optar por ponernos al servicio de la Palabra en la Iglesia y para el
mundo
(Is 54, 1-10; Mc 6,34-37)
¡Grita
de júbilo, Oh tú, que estabas estéril y que no dabas a luz; grita de júbilo y
alegría, tú que no esperabas ¡ Pues mira a los hijos de la abandonada más
numerosos que los de la casada, dice Yavé. Isaías.
Al
desembarcar, Jesús vio toda aquella gente, y sintió compasión de ellos, pues
estaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles largamente. Jesús les
contestó: «
denles ustedes de comer»
Gracias Jesús, por todo el bien que
nos haces, hoy es nuestra fiesta nacional, celebramos la Independencia del
Perú, te agradezco haber nacido en esta patria hermosa,; tú también amabas a tu
pueblo, y lo engrandeciste naciendo tú allí, en un pueblito pequeño, tú lo
diste a conocer al mundo entero, donde
según la gente nada bueno podía salir de ahí, no es el lugar lo que nos hace,
somos nosotros los que le damos relevancia al lugar, por eso queremos
engrandecer nuestra patria, Perú con
nuestras obras; como dice John Kennedy: No te
preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate que puedes hacer tú por tu
país.
Por eso quiero hacer mucho por mi
país, como tú, dándole conocer tu Palabra, no hay mejor regalo, que darle la
Vida-Amor que tú nos has venido dar; porque nos has hecho a tu imagen y
semejanza y como nos hemos desviado del modelo, siempre andaremos en esa
búsqueda de la felicidad y sólo podemos encontrarla, descubriéndote a ti como
ese Dios bueno, que nos ama y dejarnos amar a través de la oración diaria, desde
esa experiencia de tú a tú, boca a boca en ese diálogo íntimo, donde aprenderé
a escuchar tus Palabras y el dolor que te da, al ver nuestra situación de
desamparo, orfandad en que nos vivimos, tú como en tiempo de Moisés hasta hoy
ves la aflicción que llevamos, por no conocerte y andar como ovejas sin pastor
¡Qué dura es esta realidad! Por eso se te conmueven las entrañas.
Por eso nos regalaste al Verbum Dei, a
través del Padre Jaime Bonet, su carisma y su misión, que es el mejor regalo
para la Iglesia y el mundo de hoy, porque tanto nos amó el Padre que te envió,
a Ti, su único Hijo, pues has querido salvar al mundo a través de su Palabra,
hecha carne.
Dios se manifiesta a un pueblo
necesitado de salvación y a través de la comunidad Verbum Dei, quiere llegar a
tu pueblo, somos nosotros, los que debemos de dar a comer a nuestro pueblo,
porque que perece por falta de conocimiento del Amor de Dios, como dijo Juan
Pablo II, en su visita al Perú, en Villa El Salvador, el pueblo puede tener
hambre de pan material; pero no de la Palabra de Dios; pues hay tantos
sacerdotes, religiosas y misioneros que podrán muy bien realizar el proyecto de
Dios, de felicidad en cada persona. Es
la Palabra de Dios el medio vital para poder colaborar con Dios en la realización plena del hombre.
Es
la Palabra, la que nos saca de nuestro egoísmo, pereza, decidía, tibieza, y nos
dice ¡Grita de júbilo, Oh tú,
que estabas estéril y que no dabas a luz; grita de júbilo y alegría, tú que no
esperabas ¡ Pues mira a los hijos de la abandonada más numerosos que los de la
casada, dice Yavé. Es que la Palabra nos
hace padre y madre de tantas personas, porque es la Palabra la que engendra a una nueva vida a quienes se la
damos ¡Hay mucha gente, que ni conoces y te dice que eres su madre o padre! A
mi sorprende que muchas veces, me digan: ¡eres mi madre! Y yo me digo: ¿Cuándo
la parí? Y me responde porque me
ayudaste en tal situación, me enseñaste a orar, me ayudaste a salir del pecado
en que vivía a través de la predicación, de pautas escritas ¡Si supiéramos a
ciencia cierta, el poder que tiene la Palabra!
Por eso la urgencia de Jesús, aprendan
ustedes a darles de comer, para cuando yo no esté, ellos no mueran de
hambre, ustedes son mi relevo, son los
que pondrán a toda la humanidad en diálogo conmigo, con el Padre, a través del
Espíritu Santo.
Es Dios quien nos llama a la participación
libre, voluntaria, consciente, y
responsable a optar por el carisma Verbum Dei, para que mi pueblo no muera y
conozca a Dios por medio de la Palabra de Jesús: orada, asimilada, vivida y predicada.
Este dinamismo de la Palabra de una comunidad que es evangelizada y
evangelizadora, podremos experimentar que cada día somos más como Jesús y somos
miembros activos y de vital importancia para la Iglesia.
Vamos a pedir a nuestra Manita, Madre y Reina
de todo lo creado que nos anime cada día a renovar nuestra consagración a la
Palabra de Dios y por ella salvar a muchos hermanos.